El ser humano es amado por un Dios que lo ama, porque lo quiere amar. Sin condición previa.

No espera que el hombre lo ame primero.

El amor de Dios transforma al hombre y lo hace un ser agradable a sus ojos. Esta es la experiencia de cada cristiano, es decir, de cada una de las personas que han aceptado al Señor Jesús como su Salvador Personal.

El corazón del hombre que no se ha reconciliado con Dios no ha cambiado. Los progresos, la civilizacion no lo han mejorado; solamente consiguieron vestirlo mejor, a fin de que el mal sea màs atrayente, y uno se se averguence más de él.