Reflexiones Espirituales

Proyectos Radiales Misioneros

Programas destacados
Gracia a vosotros
Lunes a Viernes
08:30 y 20:30 Hs.
Los grandes temas
Sábados y Domingos
09:00 y 21:00 Hs.
El amor que vale
Lunes a Viernes
02:00, 10:30 y 21:30 Hs.

Respuestas Bíblicas

¿Deben los cristianos guardar el Sabado?

Enviado por edupa el 17/08/2011 16:24

Respuesta: Frecuentemente se dice que “Dios instituyó el Sabbath en el Edén” , esto por la conexión entre el Sabbath y la creación en Éxodo 20:11.

Aunque Dios descansó en el séptimo día (Génesis 2:3) bosquejando una futura ley del Sabbath, no hay ningún registro bíblico del Sabbath antes de que los hijos de Israel dejaran la tierra de Egipto. En ninguna parte de la Escritura existe ni una pequeña referencia de que la observación del Sabbath fue practicada desde Adán hasta Moisés.

La Palabra de Dios es muy clara en que la observancia del Sabbath fue una señal especial entre Dios e Israel: “Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas y os he traído a Mí. Ahora pues, si diereis oído a Mi voz, y guardareis Mi pacto, vosotros seréis Mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque Mía es toda la tierra.” (Éxodo 19:3-5)

“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre Mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.” (Éxodo 31:16-17)

En Deuteronomio 5, Moisés reafirma los diez mandamientos a la siguiente generación de israelitas. Aquí, después del mandamiento de la observancia del Sabbath en los versos 12-14, Moisés da la razón del por qué el Sabbath fue dado a la nación de Israel. “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.” (Deuteronomio 5:15)

Nótese las palabras “por lo cual” No fue la intención de Dios el dar a Israel el Sabbath para que recordaran la creación, sino para que recordaran su esclavitud en Egipto y la liberación del Señor. Nótense también los requerimientos para la observancia del Sabbath: La persona que se encontraba bajo la ley del Sabbath, no podía salir de su casa en Sabbath (Éxodo 16:29), no podía hacer un fuego (Éxodo 35:3), ni tampoco provocar que alguien más trabajara (Deuteronomio 5:14). La persona que quebrantara la ley del Sabbath era condenada a muerte (Éxodo 31:15; Números 15:32-35).

Una revisión de los pasajes del Nuevo Testamento nos muestran cuatro puntos importantes; (1). Cuando Cristo se apareció en Su forma resucitada, (y el día es mencionado), siempre se dice que es el primer día de la semana (Mateo 28:1, 9, 10; Marcos 16:9; Lucas 24; 1, 13, 15; Juan 20:19,26) (2). La única vez que es mencionado el Sabbath desde el libro de Hechos hasta Apocalipsis, es por propósitos evangelísticos hacia los judíos y usualmente el lugar es una sinagoga (Hechos capítulos 13 –18) Pablo escribió, “Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley..” (1 Corintios 9:20) Pablo no iba a la sinagoga a tener comañerismo y edificar a los santos, sino para convencer y salvar a los perdidos. (3). A partir de que Pablo declaró “...desde ahora me iré a los gentiles.” (Hechos 18:6), jamás volvió a mencionarse el Sabbath. Y (4). En vez de sugerir adherirse a la observancia del Sabbath, el recordatorio del Nuevo Testamento implica lo opuesto (incluyendo la excepción del anterior punto 3, encontrado en Colosenses 2:16).

Examinando más de cerca el anterior punto 4, vemos que no hay obligación para el creyente del Nuevo Testamento de guardar el Sabbath, y también nos muestra que la idea de que el domingo sea “El Sabbath cristiano” tampoco es bíblico. Como expusimos anteriormente, hay una ocasión en que el Sabbath es mencionado después de que Pablo comenzó a enfocarse en los gentiles, “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.” (Colosenses 2:16-17) El Sabbath judío fue abolido en la cruz donde Cristo murió... “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.” (Colosenses 2:14)

Esta idea es repetida más de una vez en el Nuevo Testamento; “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace.” (Romanos 14:5-6ª) “...mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios ¿Cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años..” (Gálatas 4:9-10)

Pero algunos argumentan que un mandato hecho por Constantino en el año 321 de nuestra era “cambió” el Sabbath, de sábado a domingo. ¿En qué día se reunía la iglesia primitiva para adorar? La Escritura nunca menciona una reunión de creyentes en Sabbath (sábado) para adorar y tener compañerismo. Sin embargo, hay pasajes muy claros que mencionan el primer día de la semana. Por ejemplo, Hechos 20:7 dice que “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan,...” En 1 Corintios 16:2 Pablo exhorta a los creyentes corintios “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado...” Puesto que Pablo designa esta ofrenda como “servicio” en 2 Corintios 9:12, esta colecta debe haber estado relacionada con la adoración del servicio dominical en la asamblea cristiana. Históricamente el domingo, no el sábado, era normalmente el día de reunión para los cristianos en la iglesia, y su práctica data del primer siglo.

El Sabbath fue dado a Israel y no a la iglesia. El Sabbath sigue siendo sábado, no domingo y jamás ha sido cambiado. Pero el Sabbath es parte de la Ley del Antiguo Testamento y los cristianos son libres de la carga de la Ley (Gálatas 4:1-26; Romanos 6:14). La observancia del Sabbath no es requerida a los cristianos – (sea sábado o domingo). El primer día de la semana, domingo, el día del Señor (Apocalipsis 1:10) y celebra la Nueva Creación, con Cristo como nuestra Cabeza resucitada. No estamos obligados a seguir el Sabbath Mosaico – descansando; sino que somos libres de seguir al Cristo resucitado -- sirviéndole. El apóstol Pablo dijo que cada cristiano individualmente debe decidir si observa el descanso del Sabbath o no. “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.” Romanos 14:5) Debemos adorar a Dios cada día, no solo en sábado o domingo.

¿Requiere Dios que los cristianos guarden el sábado?

Enviado por edupa el 17/08/2011 16:21

Respuesta: En Colosenses 2:16-17, el apóstol Pablo declara, “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.” 

De manera similar, Romanos 14:5 dice, “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.” Estas Escrituras dejan muy claro que, para el cristiano, el guardar el sábado es un asunto de libertad espiritual, no un mandamiento de Dios. El guardar el sábado es un punto sobre el cual la Palabra de Dios nos instruye a no juzgarnos unos a otros. La observancia del sábado es un asunto sobre el que cada cristiano necesita estar plenamente convencido en su propia mente.

En los primeros capítulos del Libro de Hechos, los primeros cristianos eran predominantemente judíos. Cuando los gentiles comenzaron a recibir el don de la salvación a través de Jesucristo, los judíos cristianos se encontraron ante un dilema. ¿En qué aspectos de la ley Mosaica y tradiciones judías deberían ser guiados a obedecer los cristianos gentiles? Los apóstoles se reunieron y discutieron el asunto en el concilio de Jerusalén (Hechos capítulo 15). La decisión fue, “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.” (Hechos 15:19-20). La observancia del sábado no fue uno de los mandatos que los apóstoles juzgaron necesario de imponer a los creyentes gentiles. Es inconcebible que los apóstoles hubieran descuidado incluir la observancia del sábado, si aún fuera un mandamiento de Dios para los cristianos.

Un error común en el debate sobre la observancia del sábado, es el concepto de que el sábado (Sabbath) era un día dedicado a la adoración. Grupos tales como los Adventistas del Séptimo Día, sostienen que Dios requiere que el servicio de la iglesia sea celebrado en sábado, el día del Sabbath. Eso no es lo que ordenaba el mandamiento sobre el Sabbath. El mandamiento sobre el Sabbath era que no se debía trabajar en ese día (Éxodo 20:8-11). En ninguna parte de la Escritura, se ordena que el sábado sea un día para la adoración. Si, los judíos en el Antiguo y Nuevo Testamento, y aún en los tiempos modernos, ocupan el sábado como un día de adoración, pero esa no es la esencia del mandamiento sobre el Sabbath. En el Libro de Hechos, siempre que se menciona que una reunión era en el Sabbath, se trata de una reunión de judíos, no de cristianos.

¿Cuándo se reunían los primeros cristianos? Hechos 2:46-47 nos da la respuesta, “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” Si había un día en que los cristianos se reunían regularmente, este era el primer día de la semana (nuestro domingo), no en día sábado (Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2). En honor a la resurrección de Cristo en día domingo, los primeros cristianos observaban el domingo, no como el “Sabbath cristiano,” sino como un día de especial adoración y glorificación a Jesucristo.

¿Hay algo malo con adorar en sábado? ¡Absolutamente no! Debemos adorar a Dios cada día, no solo en sábado o domingo. En la actualidad, muchas iglesias tienen servicios tanto en sábado como en domingo. Hay libertad en Cristo (Romanos 8:21; 2 Corintios 3:17; Gálatas 5:1). ¿Debería un cristiano practicar la observancia del Sabbath; esto es, no trabajar en sábado? Si un cristiano se siente guiado a hacerlo, absolutamente, si, (Romanos 14:5). Sin embargo, aquellos que eligen practicar la observancia del Sabbath, no deben juzgar a quienes no lo guardan (Colosenses 2:16). Así mismo, aquellos que no guardan el Sabbath, deben evitar ser una piedra de tropiezo (1 Corintios 8:9) para aquellos que lo guardan. Gálatas 5:13-15 lo resume en una sola declaración, “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.”

La reacción ante los falsos maestros

Enviado por edupa el 17/08/2011 12:42

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.  Mateo 7:15

En la breve carta de Judas a los creyentes, el apóstol advierte categóricamente contra los falsos profetas y nos dice cómo reaccionar ante ellos. "Conservaos en el amor de Dios" (Jud. 21). Nuestra primera reacción ante la falsa enseñanza es sencillamente estar en armonía con Dios, estar seguros de que estamos en comunión con Él y recibir su bendición y su poder. Entonces podemos convencer "a algunos que dudan" (v. 22). Los creyentes que dudan de su fe por culpa de los falsos maestros necesitan que se les aliente.

Otra reacción necesaria pudiera ser salvar a otros, "arrebatándolos del fuego" (v. 23). Hay que rescatar a los incrédulos que van rumbo al infierno por oír falsas enseñanzas antes de que sea demasiado tarde.

Por último, Judas presenta una tercera reacción ante los falsos profetas: "De otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne" (v. 23). A veces debemos confrontar a los falsos profetas y a sus seguidores, haciéndolo con una especial dependencia del Señor y teniendo el cuidado de no contaminarnos con sus falsas enseñanzas. 

VAG

 

 

¿Qué es un falso profeta?

Enviado por edupa el 17/08/2011 12:36

Por sus frutos los conoceréis. Mateo 7:16

La característica más peligrosa de los falsos profetas es que afirman que son de Dios y que hablan en su nombre. "Los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso" (Jer. 5:31).

Tales líderes casi siempre parecen agradables y positivos. Les gusta estar con los cristianos, y saben cómo hablar y actuar como creyentes. Por lo general los falsos profetas reflejan sinceridad y así engañan con más facilidad a los demás (vea 2 Ti. 3:13). Pero usted puede identificar el verdadero carácter de los falsos maestros al observar de lo que no hablan mucho.

Por lo general no niegan doctrinas fundamentales como la deidad de Cristo y el sacrificio expiatorio, el carácter pecaminoso de la naturaleza humana, o el que los incrédulos vayan al infierno. Sencillamente pasan por alto tales verdades "polémicas". Pero siempre que un falso profeta esté en medio de ustedes, no se puede pasar por alto su presencia ni los efectos perjudiciales de su enseñanza herética.

VAG

Debo creer en la RESURECCIÓN de JESUS

Enviado por edupa el 22/04/2011 15:28

Respuesta: Es un reconocido y bien establecido hecho, que Jesucristo fue públicamente ejecutado por crucifixión en el Ier. siglo d.C., en Judea bajo Poncio Pilato, a petición de Sanedrín judío. Los relatos históricos no cristianos de Flavio Josefo, Cornelio Tácito, Luciano de Samosata, Maimónides y aún del Sanedrín judío, corroboraron las declaraciones de los primeros cristianos que atestiguaron estos importantes aspectos históricos de la muerte de Jesucristo.

En cuanto a Su resurrección, hay muchas líneas de evidencia que hacen este caso irrefutable. Un famoso abogado resumió el entusiasmo y confianza cristianos en la solidez del caso de la resurrección cuando escribió; He sido abogado defensor por más de 42 años, habiendo ejercido en muchas partes del mundo y aún estoy en servicio activo. He sido afortunado en asegurar un buen número de éxitos en diversos procesos jurídicos y puedo asegurar inequívocamente, que la evidencia de la Resurrección de Jesucristo es tan abrumadora, que obliga a aceptarla por las pruebas que no dejan lugar a dudas

La respuesta de la comunidad secular a la misma evidencia ha sido predeciblemente apática, acorde con su leal compromiso con el naturalismo metodológico. Para quienes no están familiarizados con el término, el naturalismo metodológico es el empeño de explicar todo en términos de causas naturales y causas naturales solamente. Si algún supuesto evento histórico desafía una explicación natural. (p. ej. una resurrección milagrosa), los eruditos seculares generalmente lo tratan con exagerado escepticismo, a pesar de la evidencia, sin importar lo abrumadora que ésta sea.

A nuestro juicio, tal inflexible fidelidad a las causas naturales, a pesar de la clara evidencia de lo contrario, no conduce a una investigación imparcial (y por lo tanto adecuada) de la evidencia. Una postura científica e histórica más balanceada ha dicho, El ser forzado a creer solo en una conclusión...se violaría la propia objetividad de la ciencia misma Habiendo dicho eso, procedamos ahora a examinar varias líneas de evidencia a favor de la resurrección.

La Primera Línea de Evidencia para la Resurrección de Cristo.

Para comenzar, tenemos el demostrable y sincero testimonio de testigos oculares. Los apologistas del cristianismo primitivo citaron a cientos de testigos oculares, algunos de los cuales documentaron las experiencias de sus propias declaraciones. Muchos de estos testigos oculares, gustosa y resueltamente soportaron prolongadas torturas y la muerte misma, antes que repudiar su testimonio. Este hecho certifica su sinceridad, descartando un fraude por parte de ellos. De acuerdo con el registro histórico leemos, (El Libro de los Hechos 4:1-17; Cartas de Plinio a Trajano X, 96, etc.) – “Muchos cristianos podrían terminar su sufrimiento simplemente con renunciar a la fe. En vez de eso, parece que la mayoría optaron por soportar el sufrimiento y proclamar la resurrección de Cristo de la muerte.”

Aún cuando el martirio es algo admirable, no es necesariamente demostrativo. Éste no valida una creencia tanto como a quien la cree (al demostrar su sinceridad de una manera tangible). Lo que hace que el martirio de los primeros cristianos sea algo extraordinario es que ellos demostraban con ello si lo que estaban pregonando era verdad o no; si vieron a Jesucristo vivo después de Su muerte o no lo hicieron. Esto es lo extraordinario. Porque si todo fuera solo una mentira, ¿por qué muchos seguían sosteniéndola dadas las circunstancias? ¿Por qué conscientemente se aferrarían a una mentira sin validez alguna, al grado de enfrentar persecución, prisiones, tortura y muerte?

Mientras que en el 11 de septiembre del 2001, los terroristas indudablemente creían lo que profesaban (evidenciado por su decisión de morir por ello), no pudieron saber y no supieron si el origen de sus creencia era o no verdad. Ellos pusieron su fe en tradiciones transmitidas a ellos por muchas generaciones. En contraste, los primeros mártires cristianos fueron la primera generación. O ellos vieron lo que aseguraban haberlo visto, o no.

Entre los más ilustres que profesaron haber sido testigos oculares, estaban los apóstoles. Ellos colectivamente sufrieron un cambio innegable, después de las declaradas apariciones de Cristo posteriores a Su resurrección. Inmediatamente después de Su crucifixión, ellos se escondieron temiendo por sus vidas. Después de la resurrección, ellos tomaron las calles y valientemente proclamaban la resurrección, a pesar de la intensa persecución. ¿Qué explicación habría para su repentino y dramático cambio? Ciertamente no era una ganancia financiera. Los apóstoles renunciaron a todo lo que tenían para predicar la resurrección, incluyendo sus vidas.

La Segunda Línea de Evidencia para la Resurrección de Cristo.

La segunda línea de evidencia concierne a la conversión de ciertos escépticos claves; los más notables de ellos fueron Pablo y Santiago. Pablo fue, en sus propias palabras, un violento perseguidor de la naciente Iglesia de Cristo. Después de lo que él describió como un encuentro con el Cristo resucitado, Pablo sufrió un inmediato y drástico cambio. De ser un perseguidor de la Iglesia, a uno de sus más prolíferos y desinteresados defensores. Como muchos de los primeros cristianos, Pablo sufrió pobreza, persecución, golpes, prisiones y su ejecución a causa de su firme compromiso por la resurrección de Cristo.

Santiago era un escéptico, aunque no fue tan hostil como Pablo. Un comentado encuentro con Cristo después de Su resurrección, lo convirtió en un innegable creyente, un líder de la iglesia en Jerusalén. Aún tenemos lo que los eruditos generalmente aceptan como ser una de sus cartas a la iglesia primitiva. Como Pablo, Santiago sufrió gustosamente y murió por su testimonio, un hecho que respalda la sinceridad de su creencia (ver El libro de Los Hechos y Antigüedades Judías XX, ix, 1. de Flavio Josefo.)

La Tercera y Cuarta Línea de Evidencia para la Resurrección de Cristo.

Una tercera y cuarta línea de evidencia concierne al testimonio enemigo sobre la tumba vacía y al hecho de que la fe en la resurrección tuvo su raíz en Jerusalén. Jesús fue públicamente ejecutado y sepultado en Jerusalén. Hubiera sido imposible para la fe en Su resurrección, que tuviera su raíz en la misma Jerusalén, puesto que Su cuerpo estaba aún en la tumba donde el Sanedrín podía exhumarlo, exhibiéndolo públicamente y por lo tanto exponiendo el engaño. En vez de ello, el Sanedrín acusó a los discípulos de robar el cuerpo, aparentemente en un esfuerzo por explicar su desaparición (y por tanto la tumba vacía), ¿Cómo explicamos el hecho de la tumba vacía? Estas son tres de las explicaciones más comunes.

Primero, los discípulos robaron el cuerpo. Si este fuera el caso, ellos habrían sabido que la resurrección era un fraude. Por lo tanto ellos no hubieran estado tan gustosos de sufrir y morir por ello (Ver la primera línea de evidencia concerniente a la demostrable sinceridad del testimonio de los testigos oculares). Todos los que profesaron ser testigos oculares, habrían estado conscientes de que ellos realmente no vieron a Cristo y por tanto habrían mentido. Con tantos conspiradores, seguramente alguno de ellos hubiera confesado; si no para detener su propio sufrimiento, al menos para terminar el sufrimiento de sus amigos y familiares. La primera generación de cristianos fueron totalmente masacrados, especialmente después de la conflagración de Roma en el 64 d.C. (un incendio que ordenó Nerón supuestamente para ganar espacio en la expansión de su palacio, pero del cual culpó a los cristianos en Roma en un esfuerzo por justificarse). Como declaró el historiador Cornelio Tácito en sus Anales del Imperio Romano (publicado solo una generación después del incendio):

“Nerón culpó e infringió las más refinadas torturas a una odiada clase por sus abominaciones, llamada cristianos por el populacho. Cristo, de quien el nombre tomó su origen, sufrió la pena capital durante el reinado de Tiberio a manos de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilato, y una gran superstición malévola, aunque reprimida por el momento, volvió a hacer irrupción, no solamente a través de Judea, donde tuvo su origen este mal, sino también en la ciudad de Roma, donde todas las cosas espantosas y vergonzosas de cada parte del mundo, encuentran su centro y se vuelven populares. De acuerdo a esto, primero se efectuó el arresto de todos los que se declararon culpables; luego, una inmensa multitud fue convicta, no tanto por el crimen del incendio de la ciudad, sino por su odio contra la humanidad. Fueron el objeto de toda clase de burlas aplicadas a sus muertes. Siendo cubiertos con pieles de animales, eran despedazados y muertos por los perros, o fueron clavados en cruces, o fueron condenados a las llamas, prendiéndoles fuego para servir como iluminación nocturna, cuando declinaba la luz del día.” (Anales, IV, 44)

Nerón iluminaba las fiestas en su jardín con cristianos a quienes quemaba vivos. Seguramente alguno hubiera confesado la verdad ante la amenaza de un sufrimiento tan terrible. El hecho es sin embargo, que no tenemos registro de ninguno de los primeros cristianos renunciando a la fe para terminar su sufrimiento. En vez de ello, tenemos múltiples informes de apariciones de Jesús después de la resurrección, a cientos de testigos oculares, gustosos de sufrir y morir por ello.

Si los discípulos no robaron el cuerpo, ¿de que otra manera podemos explicar la tumba vacía? Algunos han sugerido que Cristo simuló Su muerte y más tarde escapó de la tumba. Esto es potencialmente absurdo. De acuerdo al testimonio de testigos oculares, Cristo fue golpeado, torturado, azotado y atravesado con una lanza. Sufrió heridas internas, pérdida de sangre masiva, asfixia, y su corazón fue traspasado por una lanza. No existe razón alguna para creer que Jesucristo (o cualquier otro hombre en tal caso) pudiera haber sobrevivido a tal suplicio, simular Su muerte, permanecer en una tumba por tres noches y tres días sin atención médica, comida o agua; quitar una enorme y pesada piedra con la que estaba sellada Su tumba y escapar sin ser detectado (sin dejar tras él un rastro de sangre), convencer a cientos de testigos oculares de que Él resucitó de la muerte y encontrarse con buena salud y luego desaparecer sin dejar rastro. Tal suposición es ridícula.

La Quinta Línea de Evidencia para la Resurrección de Cristo.

Finalmente, la quinta línea de evidencia concierne a la peculiaridad del testimonio de los testigos oculares. En todas las principales narraciones de la resurrección, las mujeres son acreditadas como las primeras testigos oculares. Esta hubiera sido una muy extraña invención, puesto que en las culturas, tanto en la del antiguo judaísmo como en la romana, las mujeres eran severamente discriminadas. Su testimonio era considerado como insustancial e inadmisible. Dado este hecho, es altamente improbable que cualquier forjador de un engaño en la Judea del primer siglo, hubiera elegido a mujeres para ser sus testigos primarios. Si todos los discípulos varones que declararon haber visto a Jesús resucitado, estuvieron mintiendo y la resurrección fue una estafa, ¿por qué habrían elegido a los testigos más indignos de confianza y dañinos a su causa que podrían haber encontrado?

Cuando se comprende el rol de la mujer en la sociedad judía del primer siglo, lo que es realmente extraordinario es que esta historia de la tumba vacía hubiera elegido a mujeres como las primeras descubridoras de ello. Las mujeres ocupaban un rango muy inferior en la escala social de la Palestina del primer siglo. Hay antiguos dichos rabínicos que decían, Mejor dejar que las palabras de la ley sean quemadas, que ser entregadas a mujeres y Benditos sean aquellos cuyos hijos sean varones, pero hay de aquel cuyas hijas sean mujeres El testimonio de las mujeres era considerado tan inválido, que no les era permitido servir como testigos legales en una corte legal judía. A la luz de esto, es absolutamente extraordinario, que las principales testigos de la tumba vacía fueran estas mujeres... Cualquier narración legendaria posterior ciertamente habría colocado a los discípulos varones como descubridores de la tumba – por ejemplo a Pedro o a Juan. El hecho de que las mujeres fueran las primeras testigos de la tumba vacía, es la más plausible explicación de que – les gustara o no – ¡ellas fueron las descubridoras de esa tumba vacía! Esto demuestra que los escritores de los Evangelios, registraron fielmente lo que sucedió, aun que resultara embarazoso. “Esto revela más la historicidad de esta tradición, que su estatus legendario.”

En Resumen

Estas líneas de evidencia; la demostrable sinceridad de los testigos oculares (y en el caso de los apóstoles, el innegable e inexplicable cambio), la conversión y demostrable sinceridad de los antagonistas claves, y los escépticos convertidos en mártires; el hecho de la tumba vacía, el testimonio enemigo de la tumba vacía; el hecho de que todo esto tuvo lugar en Jerusalén donde la fe en la resurrección comenzó y se extendió; el testimonio de las mujeres; el significado de tal testimonio dado su contexto histórico; todos estos son sólidos testimonios de la historicidad de la resurrección. Animamos a nuestros lectores a considerar seriamente estas evidencias. ¿Qué te sugieren a ti? Habiéndolas considerados nosotros mismos, “La evidencia de la Resurrección de Jesucristo es tan abrumadora, que exige aceptación al probar lo que no deja absolutamente ningún lugar para la duda.”

Página 3 de 3PrimeraAnterior123SiguienteÚltima